Control, dirigida por Anton Corbijn en 2007, es una película biográfica que narra la vida del icónico cantante de Joy Division, Ian Curtis. La historia se basa en las memorias de su esposa, Deborah Curtis, tituladas “Touching from a Distance“. A través de una narrativa melancólica y visualmente impactante, la película explora los altibajos de la vida de Curtis, su lucha con la epilepsia y su trágico suicidio a los 23 años, justo antes de una gira en Estados Unidos. Este contexto no solo establece el tono de la película, sino que también invita a los espectadores a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la presión del éxito.
La película se desarrolla en un ambiente post-punk, capturando la esencia de una época marcada por la música, la angustia y la búsqueda de identidad. A través de una cuidadosa recreación de los años 70 y 80, Corbijn logra sumergir al público en el mundo de Curtis, donde la música se convierte en un refugio y, al mismo tiempo, en una fuente de tormento. La atmósfera oscura y melancólica de Control refleja la lucha interna de Curtis, quien se siente atrapado entre su vida personal y su carrera musical.
Además, Control es también un homenaje a Joy Division, una banda que dejó una huella innegable en la historia de la música. La película destaca la relación entre los miembros de la banda y cómo su música se convirtió en un vehículo para expresar sus emociones más profundas.
Guion, dirección de arte y fotografía
El guion, co-escrito por Deborah Curtis y Matt Greenhalgh, combina la biografía con la poesía. La narrativa se desarrolla de manera no lineal, lo que permite al espectador experimentar los momentos más significativos de la vida de Curtis de una manera íntima y emocional. Greenhalgh logra capturar la esencia de la lucha de Curtis, su amor por la música y su relación con Deborah, creando un retrato multifacético del artista. La profundidad del texto se complementa con diálogos que resuenan con autenticidad, lo que permite una conexión emocional con los personajes.
La dirección de arte, a cargo de Philip Elton, logra que cada escena esté meticulosamente diseñada para reflejar la estética de la época, desde los vestuarios hasta los escenarios de los conciertos. La atención al detalle es evidente, y la elección de colores oscuros y tonos apagados contribuye a la atmósfera melancólica que permea la película.
La fotografía, coordinada por el propio Corbijn pero delicadamente ejecutada por Martin Ruhe, es uno de los elementos más impactantes de la cinta, ya que crea imágenes que capturan la esencia de la música y la vida de Curtis. La cinematografía en blanco y negro, combinada con tomas en color, resalta la dualidad de la vida de Curtis: la belleza de su arte y la oscuridad de su lucha personal. Cada plano está cuidadosamente compuesto, lo que permite al espectador sumergirse en la historia de una manera visceral.
Los personajes de Control
La psicología de Ian Curtis es un tema central en Control. A lo largo de la película, se explora su lucha contra la epilepsia, así como su creciente ansiedad y depresión. Curtis es retratado como un hombre sensible y apasionado, cuya vida está marcada por la presión de ser un ícono musical. La complejidad de su carácter se refleja en su relación con Deborah, quien se convierte en su apoyo y, al mismo tiempo, en una víctima de su tormento emocional.
Sam Riley, quien interpreta a Curtis, ofrece una actuación magistral que captura la esencia del cantante. Su interpretación es intensa y auténtica, logrando transmitir la angustia y la pasión de Curtis de manera conmovedora. Riley se sumerge en el personaje, no solo imitando su estilo de actuación en el escenario, sino también explorando su vida personal con una profundidad emocional que resuena con el público. La química entre Riley y Samantha Morton, quien interpreta a Deborah, añade una capa adicional de complejidad a la narrativa, mostrando cómo el amor puede ser tanto un refugio como una carga.
Los personajes secundarios también juegan un papel crucial en la historia. La banda Joy Division, es retratada con autenticidad, mostrando su dinámica y la presión que enfrentan como músicos. Cada miembro aporta su propia perspectiva a la historia, lo que enriquece la narrativa y permite al espectador comprender mejor el contexto en el que se desarrolla la vida de Curtis.
Influencias cinematográficas, filosóficas y artísticas
Control, publicada actualmente en la plataforma Mubi, está impregnada de influencias cinematográficas que recuerdan a obras de cineastas como Wim Wenders y Jim Jarmusch, quienes también han explorado la vida de artistas en sus películas. La elección de Corbijn de utilizar un enfoque visual poético y melancólico se alinea con la tradición del cine de autor, donde la forma y el contenido se entrelazan para crear una experiencia cinematográfica única.
Desde una perspectiva filosófica, Control aborda temas existenciales que resuenan con la obra de escritores como Albert Camus y Jean-Paul Sartre. La lucha de Curtis con su identidad y su búsqueda de significado en un mundo caótico reflejan las preocupaciones de la filosofía existencialista.
Control también rinde homenaje a la música y la cultura de la época. La banda sonora, que incluye canciones de Joy Division y otros artistas contemporáneos, la influencia del movimiento post-punk es palpable, y la película se convierte en un testimonio de la creatividad y la angustia de una generación que buscaba su voz en medio del caos.
La mirada de Anton Corbijn
Anton Corbijn, el director de Control, es un reconocido fotógrafo y cineasta holandés que ha dejado una marca indeleble en el mundo de la música y el cine. Nacido en 1955, Corbijn comenzó su carrera como fotógrafo de bandas en la década de 1980, capturando la esencia de artistas como U2 y Depeche Mode. Su experiencia en la fotografía le ha permitido desarrollar un estilo visual distintivo que combina la estética del rock con una profunda sensibilidad emocional.
Control es su debut como director de largometrajes, y su enfoque único en la narrativa visual y la atmósfera ha sido aclamado por la crítica. Corbijn utiliza su trasfondo artístico para crear una película que cuenta la historia de Ian Curtis y se permite explorar la relación entre el arte y la vida. Su habilidad para capturar la esencia de la música y la lucha emocional de los artistas se refleja en cada fotograma de la cinta.
A lo largo de su carrera, Corbijn ha continuado explorando temas similares en sus obras posteriores, como A Most Wanted Man y Life. Su enfoque en la complejidad de los personajes y su habilidad para crear atmósferas evocadoras lo han consolidado como un director de renombre en el cine contemporáneo. Control sigue siendo una de sus obras más emblemáticas, un testimonio de su talento y su pasión por contar historias a través de la imagen.
Historia y trayectoria de Joy Division
Joy Division, formada en 1976 en Salford, Inglaterra, es una de las bandas más influyentes del movimiento post-punk. Con su sonido distintivo y letras introspectivas, la banda se convirtió en un símbolo de la angustia y la alienación de la época. La formación original incluía a Ian Curtis, Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris, quienes juntos crearon un legado musical que perdura hasta hoy.
La trayectoria del grupo estuvo marcada por el éxito y la tragedia. Su primer álbum, “Unknown Pleasures“, lanzado en 1979, recibió elogios de la crítica y estableció a la banda como pionera del post-punk. Sin embargo, el éxito fue efímero, ya que la lucha personal de Curtis con la epilepsia y la depresión culminó en su trágico suicidio en 1980, justo antes de una gira en Estados Unidos. Su muerte dejó un vacío en la banda, que se transformó en New Order, continuando su trayecto musical.
A pesar de su corta carrera, Joy Division dejó un sonido innovador y su enfoque lírico han influido en innumerables artistas y géneros musicales. La banda se ha convertido en un símbolo de la lucha artística y la búsqueda de identidad, y su música sigue resonando con nuevas generaciones.
Diseño de sonido y banda sonora
El diseño de sonido, coordinado por Anders Degerberg, es fundamental para crear la atmósfera melancólica y envolvente de la película. La mezcla de sonidos ambientales, diálogos y música se entrelaza de manera magistral, permitiendo al espectador sumergirse en la experiencia emocional de Ian Curtis.
La banda sonora incluye una selección de canciones de Joy Division, así como temas de otros artistas de la época, que complementan la narrativa y refuerzan la conexión emocional con el público, destacando la influencia del movimiento post-punk en la cultura musical de la época.
