El director alemán Wim Wenders, autor de obras maestras como París, Texas y El cielo sobre Berlín, vuelve a la gran pantalla con su última película, Días Perfectos, una coproducción entre Japón y Alemania que compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2023 y fue nominada al Oscar a la mejor película internacional en 2024.
Días Perfectos es un drama sutil y conmovedor que narra la vida cotidiana de Hirayama, un hombre solitario que trabaja limpiando baños públicos en Tokio. Interpretado por el actor japonés Koji Yakusho, ganador del premio a mejor actor en Cannes, Hirayama es un personaje entrañable que encuentra la felicidad en los pequeños placeres de la rutina: el té, las plantas, la música, los libros, la fotografía y los árboles.
La película es un homenaje a la cultura japonesa y a su filosofía zen, que valora la armonía, la empatía y el respeto por la naturaleza. Con un ritmo pausado y una estética cuidada, Wenders y su director de fotografía Franz Lustig nos sumergen en la experiencia sensorial del protagonista, captando la belleza de los detalles y los sonidos del entorno. La banda sonora, compuesta por clásicos del rock que Hirayama escucha en sus viejos cassettes, aporta un contrapunto nostálgico y vitalista a la historia.
A lo largo del filme, Hirayama se enfrenta a algunos conflictos con sus compañeros de trabajo y a la reaparición de familiares de su pasado, que nos revelan aspectos de su dolorosa historia personal. Sin embargo, Hirayama no se deja abatir por la tristeza y sigue disfrutando del presente, creando nuevos vínculos con desconocidos que se cruzan en su camino. Sus sueños, que aparecen en secuencias en blanco y negro, reflejan la profundidad de su mundo interior y su búsqueda de sentido.
Días Perfectos es una película que nos invita a reflexionar sobre la vida, la felicidad y el significado de la rutina. Nos muestra que los días perfectos no son aquellos en los que ocurren grandes acontecimientos, sino aquellos en los que sabemos apreciar las pequeñas cosas que nos rodean. Es una obra emotiva y poética, a la altura del prestigio de Wim Wenders, uno de los grandes maestros del cine contemporáneo.
El contexto de Días perfectos
La película Días Perfectos se ambienta en el Japón de 2023, un país que se enfrenta a varios desafíos y oportunidades en el ámbito histórico, político, social y científico. Algunos de los aspectos más relevantes son:
- Histórico: Japón conmemora el 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, un acontecimiento que marcó su historia y su identidad como nación pacifista. También celebra el 70º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas con Alemania, el país de origen del director Wim Wenders.
- Político: Japón está liderado por el primer ministro Fumio Kishida, que asumió el cargo en octubre de 2022 tras la dimisión de Yoshihide Suga. Kishida ha prometido impulsar la recuperación económica, la reforma fiscal, la seguridad nacional y la diplomacia multilateral. Japón también ejerce la presidencia del G7 en 2023 y acoge la cumbre de líderes en Hiroshima, donde reafirma su compromiso con el orden internacional basado en el Estado de derecho y el desarme nuclear.
- Social: Japón se enfrenta al problema del envejecimiento y la disminución de la población, que afecta a la sostenibilidad del sistema de seguridad social y al dinamismo del mercado laboral. También se esfuerza por mejorar la igualdad de género, la inclusión social y la diversidad cultural. Además, Japón se recupera de los efectos de la pandemia del Covid-19, que ha causado más de 20.000 muertes y ha impactado en la salud mental y el bienestar de la población.
- Científico: Japón es una potencia tecnológica e innovadora, que destaca por su desarrollo de la inteligencia artificial, la robótica, la biotecnología y la energía renovable. También participa activamente en la exploración espacial, la investigación médica y la cooperación científica internacional. Asimismo, Japón se compromete con la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente, anunciando su objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Un guión con nivel y sencillez
Es una obra original escrita por el propio director junto con el guionista japonés Takuma Takasaki. Se basa en la idea de un empresario que le propuso a Wenders hacer una serie de cortometrajes sobre los baños públicos de Tokio, pero el director decidió crear una historia más profunda y compleja sobre un personaje que trabaja limpiando esos baños.
El guión se estructura en tres actos: el primero presenta la vida cotidiana de Hirayama, el protagonista, y su relación con el entorno y la cultura japonesa; el segundo introduce los conflictos que alteran su rutina y lo conectan con su pasado; y el tercero resuelve la trama de forma poética y emotiva, mostrando el crecimiento personal de Hirayama y su capacidad de disfrutar el presente.
El guión se caracteriza por su ritmo pausado, su tono melancólico y su estilo minimalista, que recuerda al cine de Yasujiro Ozu. También destaca por su uso de las secuencias oníricas en blanco y negro, que revelan el mundo interior de Hirayama y sus sueños. Además, el guión incorpora elementos de la música, la literatura y la fotografía, que enriquecen la personalidad del protagonista y la banda sonora de la película.
Las influencias para Wenders
- Literarias: Wenders ha reconocido su admiración por la literatura japonesa, especialmente por autores como Yasunari Kawabata, Haruki Murakami y Yoko Tawada. También ha citado como referentes a escritores estadounidenses como Paul Auster, con quien ha colaborado en varios proyectos, y Jack Kerouac, cuya novela En el camino inspiró su pasión por los road movies.
- Sonoras: La banda sonora de la película está compuesta por clásicos del rock que el protagonista escucha en sus viejos cassettes, como Bob Dylan, Neil Young, Leonard Cohen y The Rolling Stones. Estos artistas reflejan el gusto musical de Wenders y su nostalgia por la época dorada del rock. También se incluyen temas de música tradicional japonesa, como el shamisen y el koto, que contrastan con el sonido occidental y crean una atmósfera zen.
- Cinematográficas: Wenders ha sido influenciado por el cine japonés, sobre todo por el maestro Yasujiro Ozu, cuyo estilo minimalista y poético se refleja en la película. También ha bebido de la fuente de la nouvelle vague francesa, especialmente de Jean-Luc Godard, cuya forma de romper las reglas narrativas y estéticas le ha inspirado. Asimismo, ha rendido homenaje al cine estadounidense, que le fascinó desde su infancia, y al cine alemán, del que forma parte como uno de los fundadores del Nuevo Cine Alemán.
Los personajes y su sicología
La sicología de los personajes de la película Días Perfectos de Wim Wenders se puede analizar de la siguiente manera:
- Hirayama: Es el protagonista de la película, un hombre solitario y retraído que trabaja limpiando baños públicos en Tokio. Su personalidad se caracteriza por su humildad, su paciencia y su sensibilidad. A pesar de tener un pasado doloroso, que lo ha marcado y aislado, Hirayama no se deja vencer por la tristeza y encuentra la felicidad en los pequeños placeres de la rutina. Es un amante de la cultura, la música, la literatura y la fotografía, que le permiten expresar su mundo interior y sus sueños. También es un admirador de la naturaleza, especialmente de los árboles, que le transmiten paz y armonía. Hirayama es un personaje que representa la filosofía zen de Japón, que valora la simplicidad, la empatía y el respeto por el entorno.
- Los compañeros de trabajo de Hirayama: Son personajes secundarios que representan el contraste con la personalidad de Hirayama. Son más jóvenes, más ruidosos, más ambiciosos y más consumistas que él. No valoran su trabajo ni respetan a los usuarios de los baños públicos. Tampoco entienden ni aprecian la cultura, la música o la naturaleza que Hirayama disfruta. Algunos de ellos le tienen envidia o desprecio, y tratan de molestarlo o humillarlo. Otros le tienen simpatía o curiosidad, y tratan de acercarse a él o ayudarlo. Hirayama, por su parte, se muestra indiferente o educado con ellos, sin entrar en conflictos ni intimidades.
- Los familiares de Hirayama: Son personajes que aparecen brevemente en la película, pero que tienen un gran impacto en la historia personal de Hirayama. Se trata de su hermana, su cuñado y su sobrino, que lo visitan después de muchos años de ausencia. A través de sus conversaciones, se revela que Hirayama tuvo una esposa y una hija, que murieron en un accidente de coche hace veinte años. Desde entonces, Hirayama se aisló de su familia y se refugió en su trabajo y su rutina. Su hermana le reprocha su actitud y le pide que vuelva a casa con ellos. Su cuñado le ofrece un trabajo mejor pagado en su empresa. Su sobrino le muestra interés por su vida y su afición a la fotografía. Hirayama, sin embargo, rechaza sus ofertas y sus reproches, y les pide que lo dejen en paz.
- Los desconocidos que se cruzan con Hirayama: Son personajes que aparecen ocasionalmente en la película, y que simbolizan la posibilidad de crear nuevos vínculos con el mundo. Algunos de ellos son: una mujer embarazada que le pide ayuda para subir al coche, un niño que le devuelve una pelota que se le había caído, un anciano que le regala una flor, una camarera que le sonríe, un hombre que le pide una foto, una pareja que le invita a unirse a ellos en un karaoke. Estos encuentros fortuitos le provocan a Hirayama momentos de alegría, sorpresa, ternura o diversión, que le hacen sentir más vivo y conectado con los demás.
Algunos aspectos técnicos
La fotografía y la dirección de arte de la película Días Perfectos de Wim Wenders son dos aspectos técnicos que contribuyen a crear la atmósfera y el estilo de la obra. Algunos puntos a destacar son:
- La fotografía, a cargo de Franz Lustig, se caracteriza por su uso del formato 4:3, que recuerda al cine clásico japonés, y por su paleta de colores suaves y naturales, que contrastan con las secuencias oníricas en blanco y negro. La cámara se sitúa a la altura de los ojos del protagonista, siguiendo su mirada y sus gestos con planos medios y cortos. También se emplean planos generales y panorámicos para mostrar el paisaje urbano y rural de Tokio, captando la belleza de los detalles y los sonidos del entorno12.
- La dirección de arte, a cargo de Toshihiro Isomi, se encarga de recrear los escenarios y los objetos que rodean al protagonista, reflejando su personalidad y su cultura. Los baños públicos, que son el centro de su trabajo, tienen diseños variados y originales, que muestran la diversidad y la creatividad de Japón. Su casa, que es su refugio, está decorada con plantas, libros, cintas y fotografías, que revelan sus gustos y sus aficiones. También se cuidan los detalles de la vestimenta, los accesorios y los vehículos de los personajes, que expresan su identidad y su época.
Música y sonidos cotidianos
- El diseño de sonido, a cargo de Martin Steyer, se encarga de captar y mezclar los sonidos del entorno que rodea al protagonista, creando una sensación de realismo e inmersión. Se presta especial atención a los sonidos cotidianos, como el roce de la escoba, el trino de los pájaros, el fluir del agua, el crujir de las hojas o el ruido del tráfico. También se utilizan efectos sonoros para crear contrastes y transiciones entre las secuencias de la realidad y las del sueño, como el silencio, el eco, la distorsión o el cambio de volumen.
- La banda sonora, compuesta por clásicos del rock que el protagonista escucha en sus viejos cassettes, aporta un contrapunto nostálgico y vitalista a la historia. Las canciones reflejan el gusto musical de Wenders y de Hirayama, y funcionan como guiños emotivos o irónicos a la trama. Algunas de las canciones que suenan en la película son: “Perfect Day” de Lou Reed, “House of the Rising Sun” de The Animals, “Here Comes the Sun” de The Beatles, “Wild Horses” de The Rolling Stones, “Hallelujah” de Leonard Cohen o “Gloria” de Patti Smith
La generosidad de Wim Wenders
Wim Wenders es un guionista, productor, actor y director de cine alemán que también ha trabajado en los Estados Unidos. Nacido en Düsseldorf en 1945, se formó en la Escuela de Cine y Televisión de Múnich y se convirtió en uno de los fundadores del Nuevo Cine Alemán, junto con otros cineastas como Rainer Werner Fassbinder y Werner Herzog. Su obra abarca una variedad de géneros y temas, desde el drama existencial hasta el documental musical, pasando por el thriller, la ciencia ficción y el road movie.
Wenders se ha distinguido por su cine vanguardista y simbólico, que explora la presencia estadounidense en el inconsciente europeo, la búsqueda de sentido y la memoria, la relación entre el hombre y el paisaje, y el papel de la cultura, la música y la fotografía en la vida. Ha colaborado con escritores como Peter Handke y Sam Shepard, músicos como Ry Cooder y U2, y actores como Harry Dean Stanton, Bruno Ganz y Nastassja Kinski.
Ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trayectoria, entre los que destacan la Palma de Oro, el Gran Premio del Jurado y el Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes, el León de Oro en el Festival de Venecia, el BAFTA al Mejor Director, el Oso de Oro Honorífico en el Festival de Berlín, y tres nominaciones al Oscar. También ha sido presidente del jurado en los festivales de Cannes y Venecia, y miembro de la Academia de las Artes de Berlín y del Sindicato de Directores de Estados Unidos.
Wenders ha dirigido más de 50 películas, entre las que se encuentran obras maestras como París, Texas (1984), El cielo sobre Berlín (1987), ¡Tan lejos, tan cerca! (1993), Buena Vista Social Club (1999), Pina (2011) y La sal de la tierra (2014). Su última película, Días Perfectos (2023), es una coproducción entre Japón y Alemania que compitió por la Palma de Oro en Cannes y fue nominada al Oscar a la mejor película internacional.
Días Perfectos es un drama sutil y conmovedor que narra la vida cotidiana de Hirayama, un hombre solitario que trabaja limpiando baños públicos en Tokio. Interpretado por el actor japonés Koji Yakusho, ganador del premio a mejor actor en Cannes, Hirayama es un personaje entrañable que encuentra la felicidad en los pequeños placeres de la rutina: el té, las plantas, la música, los libros, la fotografía y los árboles.
La película es un homenaje a la cultura y la filosofía zen de Japón, que valora la armonía, la empatía y el respeto por la naturaleza. Con un ritmo pausado y una estética cuidada, Wenders y su director de fotografía Franz Lustig nos sumergen en la experiencia sensorial del protagonista, captando la belleza de los detalles y los sonidos del entorno. La banda sonora, compuesta por clásicos del rock que Hirayama escucha en sus viejos cassettes, aporta un contrapunto nostálgico y vitalista a la historia.
Wenders ha escrito el guión de la película junto con el guionista japonés Takuma Takasaki, basándose en la idea de un empresario que le propuso hacer una serie de cortometrajes sobre los baños públicos de Tokio. El director ha declarado que se inspiró en la literatura, la música y el cine de Japón, especialmente en el maestro Yasujiro Ozu, cuyo estilo minimalista y poético se refleja en la película. También ha reconocido la influencia de la nouvelle vague francesa, el cine estadounidense y el cine alemán en su obra.
Wenders ha demostrado una vez más su talento y su sensibilidad para crear una película que nos invita a reflexionar sobre la vida, la felicidad y el significado de la rutina. Nos muestra que los días perfectos no son aquellos en los que ocurren grandes acontecimientos, sino aquellos en los que sabemos apreciar las pequeñas cosas que nos rodean. Es una obra emotiva y poética, que ha recibido el aplauso de la crítica y del público.
