Que nadie duerma es una película española de 2023 dirigida por Antonio Méndez Esparza y protagonizada por Malena Alterio, Aitana Sánchez-Gijón, José Luis Torrijo y Rodrigo Poisón. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Juan José Millás, publicada en 2018, que narra la historia de Lucía, una programadora de sistemas que pierde su trabajo y se convierte en taxista, obsesionada con un vecino del que se ha enamorado y del que no sabe nada.
La película se mueve entre el drama, la intriga y la comedia negra, con un tono absurdo y surrealista que recuerda al cine de Charlie Kaufman o Luis Buñuel. Lucía, interpretada por una magnífica Malena Alterio, es una mujer solitaria y desesperada que busca llenar el vacío de su vida con una fantasía amorosa que la lleva a cometer actos cada vez más irracionales y peligrosos. Su taxi se convierte en el escenario de sus delirios, donde escucha ópera, habla con su perro y planea su venganza contra aquellos que le han robado su propia historia y de los que nunca debió fiarse.
La película es una crítica a la sociedad actual, donde el individualismo, la precariedad y la falta de comunicación generan situaciones de alienación y violencia. También es un homenaje al género operístico, con referencias a obras como Turandot, Tosca o La bohème, que sirven de contrapunto musical y emocional a la trama. La música original, compuesta por Zeltia Montes, acompaña con acierto el tono oscuro y humorístico de la película.
Un contexto necesario
Que nadie duerma se sitúa en el contexto histórico, político y social de la España actual, marcada por la crisis económica, el desempleo, la precariedad laboral, la desigualdad social, la corrupción política y la falta de oportunidades para muchos ciudadanos. Estos factores influyen en la película, ya que son el detonante de la situación de Lucía, la protagonista, que pierde su trabajo como informática y se ve obligada a reinventarse como taxista, sin ningún tipo de apoyo ni expectativa de futuro.
La película refleja la realidad de muchas personas que se sienten solas, frustradas y marginadas por el sistema, y que buscan una salida a su desesperación en el amor, la fantasía o la venganza. La película también muestra el contraste entre las diferentes clases sociales que conviven en la ciudad de Madrid, desde los más ricos y poderosos hasta los más pobres y vulnerables, pasando por los inmigrantes, los artistas, los policías o los delincuentes. La película critica la falta de solidaridad, de comunicación y de empatía entre los seres humanos, y plantea la pregunta de hasta qué punto somos responsables de nuestras acciones y de sus consecuencias.
Que nadie duerma y unos personajes de hierro
- Lucía: Es una mujer solitaria, frustrada y desesperada, que pierde su trabajo como informática y se reinventa como taxista. Su única compañía es su perro, con el que habla y escucha ópera en su taxi. Se obsesiona con un vecino desconocido, Braulio, del que se enamora sin conocerlo. Su amor es una fantasía que la aleja de la realidad y la lleva a cometer actos irracionales y peligrosos. Su personalidad es inestable, paranoica y vengativa. Sufre una crisis de identidad y de sentido de la vida, que intenta llenar con una ilusión que se convierte en su perdición.
- Braulio: Es un hombre misterioso, que trabaja como repartidor y que vive en el mismo edificio que Lucía. Tiene una novia, Fátima, una joven inmigrante que trabaja como limpiadora. Braulio es el objeto del deseo de Lucía, pero él no sabe nada de ella. Su personalidad es reservada, discreta y tranquila. No tiene grandes aspiraciones ni conflictos. Su vida es sencilla y rutinaria, hasta que se ve envuelto en la trama de Lucía, que lo acosa, lo espía y lo sabotea. Braulio es una víctima inocente de la locura de Lucía, que termina pagando las consecuencias de su obsesión.
- Roberta: Es una escritora de éxito, que vive en el ático del edificio. Le pide a Lucía que le lleve a diferentes lugares para inspirarse para su próxima novela. Roberta se basa en la vida de Lucía y su obsesión por Braulio para escribir su novela, que titula Que nadie duerma. Es una mujer inteligente, manipuladora y egoísta.
Influencias en Que nadie duerma
- Literarias: La principal influencia literaria es la novela homónima de Juan José Millás, en la que se basa la película. Millás es un escritor español que se caracteriza por su estilo irónico, absurdo y surrealista, que mezcla la realidad y la ficción, y que explora temas como la identidad, la soledad, el amor y la locura. Otras influencias literarias son las obras de Kafka, Dostoievski, Cortázar o Borges, que también juegan con el concepto de doble, de espejo y de laberinto.
- Sonoras: La principal influencia sonora es la ópera, que tiene un papel fundamental en la película. La protagonista, Lucía, es una aficionada a la ópera, y escucha obras como Turandot, Tosca o La bohème en su taxi. La ópera sirve como contraste entre la belleza y la tragedia, entre el arte y la vida, y entre la pasión y la razón. La música original de la película, compuesta por Zeltia Montes, también se inspira en la ópera, y crea una atmósfera oscura y humorística.
- Cinematográficas: La película tiene influencias de varios géneros y directores de cine, que combinan el drama, la intriga, la comedia negra y el gore. Algunas influencias son el cine de Charlie Kaufman, que también explora la relación entre la realidad y la ficción, el cine de Luis Buñuel, que también utiliza el humor absurdo y surrealista, el cine de Alfred Hitchcock, que también crea suspense e intriga, y el cine de Quentin Tarantino, que también recurre a la violencia y al gore.
Juan José Millás inspira un delicado guión
El guión es una adaptación de la novela homónima de Juan José Millás, escrita por Antonio Méndez Esparza y Clara Roquet. El texto respeta la estructura y los personajes de la novela, pero introduce algunos cambios y añadidos para adaptarse al lenguaje cinematográfico y al contexto actual. Por ejemplo, el guión incorpora elementos de humor negro, de intriga y de gore, que no están presentes en la novela, y actualiza la situación laboral y social de Lucía, la protagonista, que en la película es una programadora informática que se queda en paro y se convierte en taxista, mientras que en la novela es una profesora de instituto que se jubila anticipadamente.
El guión también profundiza en la relación entre Lucía y Roberta, la escritora que vive en el ático y que se inspira en la vida de Lucía para escribir su novela, creando un juego de espejos entre la realidad y la ficción, y entre la creación y la apropiación. El guión de la película Que nadie duerma es un trabajo original, valiente y creativo, que logra trasladar al cine la voz, el estilo y el universo de Juan José Millás, uno de los escritores más reconocidos y singulares de la literatura española contemporánea.
Sonido y música
- El diseño de sonido, a cargo de Sergio Bürmann, utiliza el sonido directo y el sonido ambiente para crear un realismo y una naturalidad que contrastan con la irrealidad y la fantasía de la protagonista. El sonido también se encarga de crear tensión, suspense y humor, mediante el uso de efectos sonoros, silencios y ruidos. El sonido también juega con la subjetividad y la locura de la protagonista, mediante el uso de voces, ecos y distorsiones.
- La banda sonora, compuesta por Zeltia Montes, se inspira en la ópera, que tiene un papel fundamental en la película. La protagonista, Lucía, es una aficionada a la ópera, y escucha obras como Turandot, Tosca o La bohème en su taxi. La ópera sirve como contraste entre la belleza y la tragedia, entre el arte y la vida, y entre la pasión y la razón. La música original de la película también se basa en la ópera, y crea una atmósfera oscura y humorística. La música original forma parte del personaje de Lucía, de su aura externa y de sus pulsaciones internas. La música original es poderosa, oscura, tensa y rotunda, y expresa el estado de ánimo, la obsesión y la venganza de Lucía.
Sobre Antonio Méndez Esparza
Antonio Méndez Esparza es un director de cine español nacido en Madrid en 1976. Se licenció en Derecho, pero su vocación era el cine y se formó en Estados Unidos, donde reside actualmente. Debutó como director con el cortometraje Una y otra vez (2009), que fue preseleccionado a los Oscar y ganó varios premios internacionales. Su primer largometraje, Aquí y allá (2012), fue galardonado en el Festival de Cannes, entre otros certámenes.
Su segundo largometraje, Life and Nothing More (2017), obtuvo el premio FIPRESCI y el premio SIGNIS en el Festival de San Sebastián. En 2019, dirigió su primer documental, Courtroom 3H, sobre el Tribunal de Familia Unificado de Tallahassee, donde es profesor de cine en la Universidad Estatal de Florida. En 2020, rodó la película Que nadie duerma, su tercer largometraje, protagonizado por Malena Alterio, que es una adaptación al cine de la novela homónima de Juan José Millás y que fue candidata a diez Premios Goya.
Antonio Méndez Esparza se enfrentó al reto de adaptar una novela compleja y singular, que mezcla realidad y ficción, drama y comedia, existencia y fantasía, con un tono absurdo y surrealista. Para ello, contó con la colaboración de Clara Roquet, una guionista y directora con experiencia en el cine español e internacional.
El director buscó respetar la esencia y el estilo de la novela de Millás, pero también introducir algunos cambios y añadidos para adaptarse al lenguaje cinematográfico y al contexto actual. Así, incorporó elementos de humor negro, de intriga y de gore, que no están presentes en el libro, y actualizó la situación laboral y social de la protagonista, que en la película es una programadora informática que se queda en paro y se convierte en taxista, mientras que en la novela es una profesora de instituto que se jubila anticipadamente.
También profundizó en la relación entre la protagonista y la escritora que vive en el ático y que se inspira en su vida para escribir su novela, creando un juego de espejos entre la realidad y la ficción, y entre la creación y la apropiación. Asimismo, exploró el contraste entre las diferentes clases sociales que conviven en la ciudad de Madrid, desde los más ricos y poderosos hasta los más pobres y vulnerables, pasando por los inmigrantes, los artistas, los policías o los delincuentes.
